Colegio Convento de la Trinidad Calzada

En 1525, los trinitarios que en 1580 rescatarían a Cervantes de su cautiverio en Argel por 500 escudos de oro, fundaron el convento de Santa María de Jesús, en unas casas que sustituirían en 1612 por un nuevo edificio que quizás proyectase Sebastián de la Plaza.

El colegio, dedicado al estudio de las Artes y de la Teología, acogió a personalidades como fray García de Loaysa, que llegó a ser nombrado arzobispo de Toledo, fray Bernardo de Monroy, que murió encarcelado en Argel en su labor redentora de cautivos y san Juan Bautista de la Concepción, impulsor de la reforma de la orden entre 1599 y 1613.

Desde 1836 se utilizó como vivienda e inclusa, acondicionándose en 1880 como asilo de ancianos bajo la advocación de san Bernardino.

Entonces se reconstruyó el presbiterio arruinado de la iglesia, se modificaron las distribuciones interiores del convento y se levantaron algunas edificaciones anejas surgiendo un segundo patio al este del conjunto.

Todo ello provocó la distorsión del aspecto y distribución del edificio original.

Durante la Guerra Civil fue cuartel republicano.

Después, otra vez asilo hasta su abandono en el tercer tercio del siglo XX.

Desde entonces, la falta de uso aceleró su deterioro y la aparición de gravísimas patologías que amenazaban con la pérdida del edificio.

En 2001, su propietario, el Ayuntamiento de Madrid, cedió el uso a la Universidad de Alcalá que ha gestionado su restauración como sede de los Archivos del Movimiento Obrero.

En el año 2010, el Consorcio cofinanció obras de recuperación integral del edificio y su acondicionamiento como archivo por un importe cercano a los trescientos mil euros.

La restauración llevada a cabo en este edificio, financiada en el importe restante por el Ministerio de Fomento con cargo a su programa 1% cultural, fue merecedora del premio Ciudad de Alcalá en la modalidad de Arquitectura en el año 2011.